
La demora
No he querido preguntar para no conocer la derrota
Me prefiero en el te, la ventana y el ensueño.
Y sin embargo duele no tener ganas de promover el concierto.
Dicen que nuestra condición de habitantes es demorarnos
Es demorarse nacer, crecer, morir y amar...
Algunos no nos medimos frente a otros, sino ante nuestro propio entendimiento y de allí nuestra paz y nuestro mayor tormento.
Así, quienes no abarcamos en vida tantas dimensiones dejamos el cacho a otras generaciones y a ritmo dolores vamos recitando el universo.
Yo me voy quedando en la demora de contemplar el portento
Y mientras voy dibujando el circular de mi canto
Voy quedando lejos del encanto, pues razón avara va remando.
Y de tanto demorar
Me voy abandonado al destierro como un principio de moda.
Pues mi piel cubierta que no se toca,
A indigno traje convierten el erotismo de mis talentos.
No se como llamar lo que perdí,
Es algo que me separa de ti.
Vivo en el verde sol de mi espera
Asistida por una constelación de objetos y mis tareas.
Preguntándome si es culpa de mi cuerpo, la capital o los años
Hay algo invisible que se vuelve tacaño
Y también ¿Como acudir a lo terráqueo sin ese aire, espesor extraño, que alimenta los pasos?
Rescátame de la inercia de olvidar
Nada ni nadie se puede reemplazar
Añoro cada beso como un dulce roce extranjero
Y amarro mi cadera a nuestra conversación escalera, a la del bar y la almohada pasajera,
Porque no tengo presencia, ni tierra
A razón mezquina ya ni futuro le queda
Lo que tenia se fue,
Mi presente no es
Y mañana no se
(Así conservaba la vida contemplando los giros de mis antiguos anhelos parecidos a las ondas marinas de su cabello, mientras hacia un torpe llamado a larga distancia a que no me confundiera con su falda…
Y como finalmente lo que escuchaba siempre era mi voz, respondí:
“Soy yo,
Soy solo yo…”)
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