Hoy soy la mujer castradora porque hiervo en pasión.
He estado toda la mañana tomando una posición frente al mundo, frente a la terraza de mis ojos.
Recuerdo la primera conversación con el galán en un bar santiaguino. Le dije:
-"Sabes, a mi me gustan los hombres inteligentes, que sean cultos me da lo mismo, mientras piensen por sí mismos."
Me río con su gesto al escuchar mi invitación: le brillaron los ojos y se levantó casi imperceptiblemente de su asiento en un movimiento ansioso de "aquí si puedo hincar el diente".
Y hoy a raíz de una chula que le mandó un mensajito, y mi estudio, he estado pensando en lo que a mi me gusta al respecto.
Yo sé que en este mundo cultural las cosas son particulares, quiero decir, uno tiene la posibilidad de escoger a conciencia lo que quiere y nadie te puede imponer su deseo. Esto, en teoría, porque al final del día, uno se da cuenta que la presión de la cultura y del inconsciente es demasiado fuerte, así como el miedo a la libertad del que habla Fromm. Pero pongamos un caso real...la propia vida.
Hay tantas frases que rebotan en la mente como juicios a muerte, y yo soy especialista en coleccionarlas...una que me marcó, recuerdo, vino de mi abuela materna. En aquella época yo me encerraba sola en la cocina a inventar comidas y en realidad, también porque jugaba a que tenia un programa de televisión, entonces me daba vergüenza que me vieran hablar mientras cocinaba... La cosa es que un día llegó de visita una de esas señoras pasadas a perfume dulce, que dejaban toda la casa impregnada( quizás por eso a mi nunca me han gustado los perfumes de mujer, los encuentro invasivos, mal educados...)y ella le preguntó por mí, no recuerdo en qué contexto, pero ella le respondió: "la alejandrita sabe hacer de todo, cocina, limpia..." Esa para mi fue la validación en el mundo clásico de las mujeres...Bien, tengo 10 años, y sé hacer todo lo que una dueña casa debe saber y me gusta hacerlo. Es como si la "mater familia" me hubiese dado el título de reina, de adulta, aunque no lo fuese en absoluto.
Me imagino en el mundo clásico, qué pasará con los hombres al respecto. Cómo se validan ellos..y hay tanto mito al respecto, quizás más obvios que el de las mujeres, pero por eso, no menos complejos. Mi amiga Javiera se compadece de los hombres, porque dice que ellos nacen de una mujer y tienen que demostrar que son hombres, mientras que nosotras nacemos de una mujer y es más fácil identificarnos con ella. Y siempre que lo pienso, le encuentro toda la razón.
Es que desde esa reflexión comprendo por qué estos tipos se cagan de miedo con mujeres más libres, y veo como cambian la complejidad y la ternura por tipas más chulas o ignorantes.Es que de verdad deben necesitar a alguien que les diga todo el tiempo lo machos que son, lo cultos que son, lo buenos en la cama...hasta que el tipo ya se crea el más bacan y se vaya con otra que le vuelva a reafirmar el tamaño de su...de su...su hombría! Es cierto, no todos los hombres son así... pero hasta esos medios artistas que a uno le gustan, no son sino una elaboración más exquisita de lo mismo.
Y si hablo desde la cultura, me puedo situar en el mundo de los hombres y lanzarme algunos piropos, pero no como la tonta lesa que le brillan los ojos para acostarse con el primero que la desea en función de que todas somos flores, no, de verdad, desde el mundo de las mujeres, no de las niñas, pero situada en una perspectiva masculina: ...En pocos años tendré dos títulos universitarios, si es que no me entusiasmo con otra cosa, eso me da independencia económica, tengo la libertad para decir de un día para otro que me voy, puedo discutir con un profe viejo y dirigir la discusión y probablemente cuidar un niño sin sentir que me coarta, sino que me da más posibilidades de ser creativa... Tengo el poder de moverme en el mundo de los hombres con sus logros y egos, pero al mismo tiempo sé que soy capaz de cuidar lo que amo...y más encima, sin tener la restricción de un hombre, que no puede concebir.
Entonces ahora si se me cierra el círculo, estoy segura que podría tener una vida plena como la que tengo ahora en soledad, pero la elección es delicada, porque cuando uno piensa en los hombres y formar un equipo, se da cuenta, que algunos todavía están afilando la espada y tienen proyecciones tan prehistóricas, que de verdad como a un hombre, se me baja el pene...
El ingrediente mágico de lo femenino, que los hombres bellos contienen, es que la única manera de comprender algo es con el corazón, y conste que a diferencia de Exupery, yo creo que eso se ve y La Sabiduría lo señala sin decir que es...
Cuando hablo con un supuesto erudito me pasa que escucho ideas, pero no siento que las vivan, que los lastimen, que los hagan debatirse consigo mismos, o que brillen cuando las expresen y descubran... Tengo tan presente la imagen de la María Pedrina fluorescente hablando de historia del arte, señalando en clases sus sentimientos, su forma de vivir...
Cuando uno vive pensante "cambia la vida"...totalmente, y sin querer queriendo pare algo nuevo. Eso de la esperanza en un futuro mejor, se va a la cresta cuando uno ama lo que hace, lo que vive, porque un acto de amor es un acto todo presente. Por eso Rimboud, por eso Iommi...y la exclamación: ¡Hay que reinventar el amor!
He estado toda la mañana tomando una posición frente al mundo, frente a la terraza de mis ojos.
Recuerdo la primera conversación con el galán en un bar santiaguino. Le dije:
-"Sabes, a mi me gustan los hombres inteligentes, que sean cultos me da lo mismo, mientras piensen por sí mismos."
Me río con su gesto al escuchar mi invitación: le brillaron los ojos y se levantó casi imperceptiblemente de su asiento en un movimiento ansioso de "aquí si puedo hincar el diente".
Y hoy a raíz de una chula que le mandó un mensajito, y mi estudio, he estado pensando en lo que a mi me gusta al respecto.
Yo sé que en este mundo cultural las cosas son particulares, quiero decir, uno tiene la posibilidad de escoger a conciencia lo que quiere y nadie te puede imponer su deseo. Esto, en teoría, porque al final del día, uno se da cuenta que la presión de la cultura y del inconsciente es demasiado fuerte, así como el miedo a la libertad del que habla Fromm. Pero pongamos un caso real...la propia vida.
Hay tantas frases que rebotan en la mente como juicios a muerte, y yo soy especialista en coleccionarlas...una que me marcó, recuerdo, vino de mi abuela materna. En aquella época yo me encerraba sola en la cocina a inventar comidas y en realidad, también porque jugaba a que tenia un programa de televisión, entonces me daba vergüenza que me vieran hablar mientras cocinaba... La cosa es que un día llegó de visita una de esas señoras pasadas a perfume dulce, que dejaban toda la casa impregnada( quizás por eso a mi nunca me han gustado los perfumes de mujer, los encuentro invasivos, mal educados...)y ella le preguntó por mí, no recuerdo en qué contexto, pero ella le respondió: "la alejandrita sabe hacer de todo, cocina, limpia..." Esa para mi fue la validación en el mundo clásico de las mujeres...Bien, tengo 10 años, y sé hacer todo lo que una dueña casa debe saber y me gusta hacerlo. Es como si la "mater familia" me hubiese dado el título de reina, de adulta, aunque no lo fuese en absoluto.
Me imagino en el mundo clásico, qué pasará con los hombres al respecto. Cómo se validan ellos..y hay tanto mito al respecto, quizás más obvios que el de las mujeres, pero por eso, no menos complejos. Mi amiga Javiera se compadece de los hombres, porque dice que ellos nacen de una mujer y tienen que demostrar que son hombres, mientras que nosotras nacemos de una mujer y es más fácil identificarnos con ella. Y siempre que lo pienso, le encuentro toda la razón.
Es que desde esa reflexión comprendo por qué estos tipos se cagan de miedo con mujeres más libres, y veo como cambian la complejidad y la ternura por tipas más chulas o ignorantes.Es que de verdad deben necesitar a alguien que les diga todo el tiempo lo machos que son, lo cultos que son, lo buenos en la cama...hasta que el tipo ya se crea el más bacan y se vaya con otra que le vuelva a reafirmar el tamaño de su...de su...su hombría! Es cierto, no todos los hombres son así... pero hasta esos medios artistas que a uno le gustan, no son sino una elaboración más exquisita de lo mismo.
Y si hablo desde la cultura, me puedo situar en el mundo de los hombres y lanzarme algunos piropos, pero no como la tonta lesa que le brillan los ojos para acostarse con el primero que la desea en función de que todas somos flores, no, de verdad, desde el mundo de las mujeres, no de las niñas, pero situada en una perspectiva masculina: ...En pocos años tendré dos títulos universitarios, si es que no me entusiasmo con otra cosa, eso me da independencia económica, tengo la libertad para decir de un día para otro que me voy, puedo discutir con un profe viejo y dirigir la discusión y probablemente cuidar un niño sin sentir que me coarta, sino que me da más posibilidades de ser creativa... Tengo el poder de moverme en el mundo de los hombres con sus logros y egos, pero al mismo tiempo sé que soy capaz de cuidar lo que amo...y más encima, sin tener la restricción de un hombre, que no puede concebir.
Entonces ahora si se me cierra el círculo, estoy segura que podría tener una vida plena como la que tengo ahora en soledad, pero la elección es delicada, porque cuando uno piensa en los hombres y formar un equipo, se da cuenta, que algunos todavía están afilando la espada y tienen proyecciones tan prehistóricas, que de verdad como a un hombre, se me baja el pene...
El ingrediente mágico de lo femenino, que los hombres bellos contienen, es que la única manera de comprender algo es con el corazón, y conste que a diferencia de Exupery, yo creo que eso se ve y La Sabiduría lo señala sin decir que es...
Cuando hablo con un supuesto erudito me pasa que escucho ideas, pero no siento que las vivan, que los lastimen, que los hagan debatirse consigo mismos, o que brillen cuando las expresen y descubran... Tengo tan presente la imagen de la María Pedrina fluorescente hablando de historia del arte, señalando en clases sus sentimientos, su forma de vivir...
Cuando uno vive pensante "cambia la vida"...totalmente, y sin querer queriendo pare algo nuevo. Eso de la esperanza en un futuro mejor, se va a la cresta cuando uno ama lo que hace, lo que vive, porque un acto de amor es un acto todo presente. Por eso Rimboud, por eso Iommi...y la exclamación: ¡Hay que reinventar el amor!
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