Thursday, August 20, 2009


"Mendiga voz

Y aún me atrevo a amar
el sonido de la luz en una hora muerta,
el color del tiempo en un muro abandonado.

En mi mirada lo he perdido todo.
Es tan lejos pedir. Tan cerca saber que no hay.

Alejandra Pizarnik"

Me pregunto por qué no...
Por qué no me toca a mi.
He hecho de mí un experimento de libertad y soberanía.
Respetando mis sueños y ocultos deseos.
Me he aceptado como mujer con todo lo que multiplica.
Sin decir soy esto o soy lo otro, responsabilizándome de lo que derramo y de lo que omito.
LLego a esta ciudad donde no hay refugio.
Aquí no hay familia que te sumerja, no hay jardín que te proteja,
y no hay hombro donde descansar.
Acá todo lo que tengo es pasajero, y todo se debe conservar como un segundo,
porque después no siento lealtad con la historia, no veo el hilo de la demora.
Hilo que en mis tierras se descubre como un recorrido,
donde cada espacio me recuerda un viaje, donde lo lejano está cargado de energía latente, de posibilidad.
Mi soledad allí es distancia de contemplación. Yo la escojo y yo la cultivo como un lugar donde puedo jugar con lo que observo y palpo o con lo que imagino es mi destino.
La soledad en la capital no tiene lugar, no tiene arraigo, es como un designio, una obligación.
Mi mirada no reposa....como si perdiera hogar, un punto de fuga.

Y cómo todo aquí se desenfoca, también pasan cosas.
Y hay roces, hay conversaciones y a veces también hay nada.
Entonces ya no sé donde me encuentro,
mientras pienso que la única manera de controlarlo es ponerle medida a todo,
una distancia adecuada a la conversación, un poco de interés y por otro lado, aprehensión a lo que conozco, a lo que sé que me puede ir bien, como una disciplina.
Involucrarse es distinto a predisponerse, a interpretar.
Pero no puedo confiar, no quisiera encariñarme con este topos y luego decepcionarme otra vez...no de nuevo, no sin la claridad del dejar ser, del desapego.
Y por otro lado lloro, lloro porque soy feliz, estoy completa, me siento libre y capaz de cuidar...pero elegí otra cosa.
Me pregunto si la desición de seguir estudiando en un contexto que no tiene que ver con mi edad, ni mis valores, no cerró la posibilidad también de encontrar un compañero.
Y no me engaño a mi misma ni a nadie si repito que me siento plena. No quiero cargar a nadie con mis responsabilidades, ni quiero que me sanen las penas.
Siento que todo ello me compone y me reúne como unidad discreta.
Me cuido a mi misma, y puedo entregar...pero no sé que se siente ser amada, ser escogida y me encantaría sentirlo antes de morir, sin dejarle ese dolor a mis hijos, a mis cuentos y lo peor, a la tierra.
El problema es que no sé como esforzarme para ello. Por eso en las vacaciones decidí no pensar y dedicarme a todo lo que me reconforta y pacifica: hacer ejercicio, elongar, respirar y cuidar mi cuerpo. Hacerme cariño en una profunda reunión personal, en intimidad.
Yo como la tonta paloma de Serrat, me equivoco, confundo un "entre dos" también con intimidad y pongo mi cariño develado en pasajes cotidianos perecederos, como continuas despedidas. Y cuando quisiera invitarlos a mi árbol, a que se quedaran un rato más me topo con límites más parecidos a gestos que a palabras. Entonces cómo leer idiomas de señas? cuando en esta ciudad hablamos castellano y yo no conozco los códigos temporales.
Me cuesta aceptar que siento que aún se mueven mis pies al sonido de algunos movimientos, pero no quiero vivir otra derrota, otro amor sin correspondencia. Me cansa, me roba, me agota... y no quiero matar, quiero crear, quiero cuidar....

Monday, August 17, 2009



La demora

No he querido preguntar para no conocer la derrota
Me prefiero en el te, la ventana y el ensueño.
Y sin embargo duele no tener ganas de promover el concierto.

Dicen que nuestra condición de habitantes es demorarnos
Es demorarse nacer, crecer, morir y amar...

Algunos no nos medimos frente a otros, sino ante nuestro propio entendimiento y de allí nuestra paz y nuestro mayor tormento.
Así, quienes no abarcamos en vida tantas dimensiones dejamos el cacho a otras generaciones y a ritmo dolores vamos recitando el universo.

Yo me voy quedando en la demora de contemplar el portento
Y mientras voy dibujando el circular de mi canto
Voy quedando lejos del encanto, pues razón avara va remando.

Y de tanto demorar
Me voy abandonado al destierro como un principio de moda.
Pues mi piel cubierta que no se toca,
A indigno traje convierten el erotismo de mis talentos.

No se como llamar lo que perdí,
Es algo que me separa de ti.
Vivo en el verde sol de mi espera
Asistida por una constelación de objetos y mis tareas.
Preguntándome si es culpa de mi cuerpo, la capital o los años
Hay algo invisible que se vuelve tacaño
Y también ¿Como acudir a lo terráqueo sin ese aire, espesor extraño, que alimenta los pasos?

Rescátame de la inercia de olvidar
Nada ni nadie se puede reemplazar
Añoro cada beso como un dulce roce extranjero
Y amarro mi cadera a nuestra conversación escalera, a la del bar y la almohada pasajera,
Porque no tengo presencia, ni tierra
A razón mezquina ya ni futuro le queda
Lo que tenia se fue,
Mi presente no es
Y mañana no se

(Así conservaba la vida contemplando los giros de mis antiguos anhelos parecidos a las ondas marinas de su cabello, mientras hacia un torpe llamado a larga distancia a que no me confundiera con su falda…
Y como finalmente lo que escuchaba siempre era mi voz, respondí:
“Soy yo,
Soy solo yo…”)